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coronavirus

El término intermedio entre no estamos para muchas tonterías y que no falte el humor no es el mismo para todas las personas. Cuando pronuncio la palabra COVID-19 me viene al pensamiento COBI, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona del año 1992…

En el término intermedio está, para mí, EL SENTIDO COMÚN. El sentido común se nutre de dos cosas: SENTIR y CONOCIMIENTO. Hay un tipo de sentir-pensado y un tipo de conocimiento-cientifista que no tienen nada que ver con el sentido común al que yo me refiero.

Desde el año 1992 hasta la actualidad, hemos perdido mucho sentido común. Más civilizadxs creemos estar, más manipuladxs y desconectadxs vivimos. Dicho con otras palabras, nos hemos desnaturalizado. Este modus vivendi nos desvitaliza, deshumaniza y esclaviza. Así empieza la presentación del Arte de cuidArte, en mi página web.

Esta web habla de SALUD (de un tipo de salud, que no es pensada ni cientifista), y de AUTORESPONSABILIDAD. Una salud autoresponsable significa practicar hábitos de vida saludable en Alimentación · Movimiento · Pensamiento hasta integrarlos en la cotidianeidad con alegría y satisfacción. Cuantas más veces frecuentamos los hábitos saludables, más disponible está nuestra ENERGÍA para movilizar el sentido común.

Según la comprensión del Yin Yang, el CORONAVIRUS viene a ser una manifestación de desequilibrio que busca reequilibrarse, una suerte de caos cuyo enemigo principal es el propio caos.

Los fenómenos naturales incluyen dinámicas de AUTOREGULACIÓN para preservar la vida en la Tierra. En salud hablamos de homeostasis. El cuerpo tiende siempre al EQUILIBRIO, que es DINÁMICO. De lo contrario, aparece el inmovilismo y la muerte. El caos extremo puede ser tan inmovilizador como el orden extremo. En realidad, necesitamos los dos (CAOS-ORDEN) para garantizar la armonía en movimiento. Sin movimiento no hay vida (ley de la impermanencia). Ahora bien ¿qué tipo de movimiento nos armoniza o es coherente a la biología humana?

A la luz de la comprensión del YIN YANG, la respuesta es muy gráfica. Cuando hay un exceso de yin (fuerza o movimiento de dispersión) o un exceso de yang (fuerza o movimiento de concentración), el organismo busca las maneras de abandonar los extremos y acercarlos a un centro común. Es un principio o ley básica que asegura la vida desde lugares que le son más naturales para adaptarse al cambio permanente del que formamos parte.

El Coronavirus es un tipo de GRIPE nada despreciable. Se ha convertido en gripe contagiosa por la activación y su consiguiente alteración o cambio de comportamiento de los virus que alberga nuestra microbiota o flora intestinal. Si vivimos este fenómeno como una manifestación caótica y radicalizamos su expresión con el miedo, no estamos comprendiendo ni dejándonos sentir la función de reajuste o reequilibrio que trae esta gripe. Y, lo que es más importante, volvemos a DES-AUTO-RESPONSABILIZARNOS de su origen y consecuencias. A mi modo de ver, confinarnos estos días en nuestros hogares con hábitos de no salud ni cuidado, queda lejos de asumir la verdadera responsabilidad sobre el asunto.

De todo lo leído, oído y visto durante los últimos días, resueno con los mensajes no alarmistas pero serios de algunas fuentes de sanidad pública, y también con algunas reflexiones de aporte geopolítico y económico que vuelven a poner el dedo en la llaga sobre el sistema capitalista, y el tira y afloja entre las potencias mundiales.

Somos lo que comemos, lo que pensamos y lo que accionamos. Por eso, desde EL ARTE DE CUIDARTE, y como ACOMPAÑANTE EN HÁBITOS DE VIDA SALUDABLE, recomiendo para estos días (y los venideros) las siguientes acciones con el fin de nutrirnos con alimentos de energía de centro, evitar la acidificación en sangre y reforzar el sistema inmunológico:

  • Cocina tus propios alimentos. Que la privación de no comer estos días fuera de casa se convierta en una oportunidad para reconquistar las cocinas y preparar los alimentos atendiendo a las necesidades energéticas de cada persona.
  • Compra alimentos vivos, frescos, de proximidad, integrales (completos) y de estación. Si seguimos alimentándonos con productos de la industria alimentaria, es muy difícil romper con patrones de inmovilidad, desenergetización y toxicidad.
  • Prepara caldos de miso (preferiblemente con mugi miso bio no pasteurizado) con abundantes verduras de raíz y hojas verdes o algas. También puedes añadir legumbres (garbanzos), proteína vegetal (tofu) y cereales (amaranto, quinoa, arroz, mijo, o trigo sarraceno).
  • Evita al máximo el azúcar y la sal añadida refinada. Esto es muy diferente al sabor dulce de los alimentos (fruta en compota, pasas, dátiles, melaza de arroz, calabaza, zanahorias, boniatos, etc) o a la sal marina no refinada durante la cocción (yanguización y sal vegetalizada).
  • Evita los lácteos y la carne roja.
  • Frecuenta los alimentos fermentados y probióticos.
  • Hidrátate con kukicha o plantas como tomillo, salvia, romero, o hierbas depurativas. Recuerda la mezcla de plantas que hemos usado en las últimas depuraciones grupales por whastapp. (Por cierto, aprovecho para avanzarte que en mayo tendrá lugar la próxima depuración).
  • Combina los cereales integrales en grano con verduras y legumbres, especialmente el azuki.
  • Lava muy bien todos los alimentos. Ingiérelos mejor cocinados que crudos. Si necesitas el crudo, que sea un acompañamiento macerado en sal o vinagre de arroz.
  • Añade a tus platos una cucharada de gomasio (lo preparo por encargo).
  • Desayuna cremas de cereal en grano o copos de avena bio con un poco de granola (lo preparo por encargo).
  • Prepara tus platos de manera sencilla pero alegre. Hazte aliños de aceite y jengibre, o ajo-jengibre, o tamari-perejil o agridulce de mostaza y melaza, etc.
  • Mastica más veces cada bocado, y observa tu digestión.
  • Respira más profundamente a lo largo del día.
  • Observa tus pensamientos y juicios para con quien hace o siente o expresa las cosas de manera diferente a la tuya.
  • Practica la tolerancia, la compasión y el perdón contigo mismx.
  • Medita todo lo que puedas, en postura sentada, de pie, en movimiento, con los ojos cerrados o semiabiertos o abiertos.
  • Lee, pinta, escribe, cose, construye algo con tus manos, realiza acciones creativas sin buscar aprobación, productividad ni provecho.
  • No compartas todo lo que haces por las redes sociales. Descubre la intimidad para contigo mismx.
  • Haz algo por el otrx.
  • Desconecta tu móvil unas horas al día, así como otras pantallas o aparatos electrónicos.
  • Contacta con tu cuerpo, mediante un baño con sales marinas, una ducha más energética con una manopla o guante de lufa (de los pies a la cabeza para tonificar y activar el qi, o de la cabeza a los pies, para relajarte), masajéate los pies, frota tus lumbares y estructura ósea con tus manos abiertas o cerradas en puños, practica yoga o baila o haz ejercicios bioenergéticos o una tabla de estiramientos. Si vives con alguien, ¡hazlo en compañía!

Que todo esto sea un entrenamiento, ahora que estamos más tiempo en casa y tal vez con más horas disponibles para el descanso. Un entrenamiento para integrar hábitos que nos hacen bien y nos fortalecen física, mental y emocionalmente.

Si te cuesta llevar a cabo alguna de estas acciones, estos días puedo ACOMPAÑARTE de las siguientes maneras:

  • Video-llamadas para explicarte cómo preparar una sopa de miso, por ejemplo, y enviarte la receta por email. O responderte a cualquier pregunta sobre las acciones arriba enumeradas.
  • Sesiones de asesoramiento online para trazar un plan de acción de tus comidas y hábitos de salud para estos días con seguimiento diario.
  • Gomasio y Granola por encargo con entrega o recogida presencial, o bien mediante servicios delivery ya existentes.
  • Meditaciones online a convenir la hora.
  • Charlas online de comprensión personalizada sobre la energía de los alimentos (yin yang) de acuerdo a tu constitución y condición.
    yin yang

Que el virus nos confine, y nos aísle de otros seres humanos y del exterior es una privación que puede ocasionar gran malestar y angustia entre la población. Las medidas preventivas y sociales de confinamiento sirven para mitigar la propagación del virus. Pero también podemos vivirlo como un tiempo y espacio para experimentar o recuperar la conexión con nosotros mismxs.

Tal y como yo lo veo, en realidad  ya veníamos de estar muy aisladxs y desconectadxs de nosotrxs y de nuestro entorno. Si no, ¿cómo se explica que estemos destruyendo el planeta, las fuentes de riqueza natural, y alterando el clima y, por tanto, nuestra propia salud? ¿O que haya guerras y nos destruyamos los unos a los otros? Esta manera de vivir es muy violenta y autodestructiva.

Tal vez, el contagio del coronavirus no sea más que otra de las muchas interpelaciones o llamadas para darnos cuenta de la ENFERMEDAD que conlleva vivir con prisas, excesos, estreses y sofisticaciones. Tal vez, contagiarnos de un ritmo más pausado, más sentido, más sencillo sea la saludable infección que nos trae esta gripe. Una gripe que venía desde 1992 (y muchísimo antes) enviándonos señales, avisos, ruegos de que es tiempo de volver al SENTIDO COMÚN.

yin yang

Te agradezco la difusión de este artículo y los servicios que en él ofrezco a personas que conozcas y puedan necesitarlos.

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