“Este tipo de apetito asegura el equilibrio vital”
Podemos mantener el cuerpo saludable con el alimento físico, a través de una Alimentación consciente, energética y equilibrada. También con hábitos de Movimiento y acción: cocinar, masticar, respirar, meditar, danzar, caminar, por mencionar algunos importantes. Estos hábitos se completan con los de Pensamiento, que consisten en la comprensión teórica en torno a la salud y el porqué de determinados y nuevos alimentos o maneras de cocinar. Esta comprensión (que convive con la práctica) favorece la flexibilidad mental.
El resultado de la suma de estos tres tipos de hábitos es un cuerpo saludable a nivel físico, emocional y mental. Esta manera de entender la salud es integral, holística o integrativa. Y se basa en un cambio de enfoque notable: ocuparnos de la salud, más que de la enfermedad, ya que gran parte de nuestra salud está en nuestras manos.
Cuando enfermamos porque hemos sido descuidados con nuestra salud -por ignorancia o porque no hemos podido-, tarde o temprano tendremos que armarnos de paciencia, sacar tiempo y tener dinero para combatir la enfermedad. Sin embargo, cuando cuidamos diariamente de nuestra salud, como algo que es inherente a nuestro modo de vida, cualquier desajuste que se produce en nuestro organismo -y sus repercusiones a nivel emocional y mental-, es recibido como una información muy valiosa para seguir aprendiendo lo que tenemos que aprender de nosotros mismos y la relación con nuestro entorno.
Cuando decidimos que queremos tener unos hábitos de vida saludable aparecen las dificultades. ¡Y les gusta aparecer con fuerza y todas juntas! Imaginar los muchos y enormes beneficios del cambio anima a encontrar soluciones. El Arte de cuidArte te acompaña para que juntas, juntos encontremos tus propias soluciones.
Las dificultades : Los hábitos no saludables
Las soluciones : Un coaching nutricional: el Arte de cuidArte
Los beneficios : Una alimentación saludable
Las dificultades : Los hábitos no saludables
Algunas de las razones por las que se hace difícil tener unos hábitos de vida saludable son el tiempo, el dinero, el estrés, la desconexión corporal, el desarrollo tecnológico, la sociedad del consumo y la industria alimentaria.
Estas dificultades tienen su origen en la polaridad de extremos carencia-exceso, que origina estados de desequilibrio, enfermedad, sufrimiento, desigualdad, injusticia e infelicidad.
El tiempo: más bien es la falta de tiempo, como consecuencia del ritmo de vida que prevalece en nuestra sociedad, pero a veces también puede existir una dificultad con la gestión del tiempo y la organización de las prioridades.
El dinero: al igual que el tiempo, es real, pero también puede tener mucho que ver con la gestión y planificación. Contrariamente a lo que se podría pensar, comprar sano no es caro. Desgraciadamente, muchos negocios de alimentación y salud nos hacen creer que sí, pero es una cuestión de leyes de mercado e intereses.
Comer verdura y fruta fresca de estación, cereales y legumbres, incluso un poco de carne o pescado y huevos, es mucho más barato que tener el frigorífico lleno de bebidas azucaradas, lácteos de todo tipo, embutidos, alcohol, comida congelada o precocinada, refinados dulces, bollería, pan, helados de baja calidad, etc.
El estrés: junto con la ansiedad, es la punta de un iceberg que esconde emociones que no estamos sabiendo gestionar saludablemente. La emoción y el alimento salen a pasear siempre de la mano.
“Existen alimentos que dan centro, y también existen alimentos que nos llevan a los extremos. Cuando nos colocamos en los extremos, las energías se polarizan, pero también se atraen por compensación antagónica. De manera lógica, al pasar de una a otra, el camino es largo y el esfuerzo es grande”
A nivel orgánico, nos descompensamos muchísimo, con sus inevitables consecuencias emocionales. El sistema digestivo se agota ante tanto esfuerzo. A nivel emocional, un cuerpo que señala en dos direcciones contrapuestas se expresará con gran tensión. La tensión es conflicto y es estrés. El estrés se instala en el cuerpo, y se siente cómodo en modo parásito bloqueando el movimiento. Esto es antinatural, y tarde o temprano aparecen señales de malestar o enfermedad.
La desconexión corporal: debido a la separación con la naturaleza, disminuye la conciencia y el contacto con el cuerpo y sus sensaciones. Esto origina la falta de enraizamiento o base que posibilita ocupar nuestro lugar en el mundo de manera estable e integral. Si el cuerpo físico -que es el que va a sostener el cuerpo mental y emocional- está desconectado de las sensaciones internas o externas, el sentir se acoraza y es difícil poder cuidarse desde el afecto a uno mismo y a los demás.
El desarrollo tecnológico: en su versión excesiva representa la hiperconexión tecnológica. Esto ha supuesto desvalorizar nuestra parte intuitiva y animal, y reemplazarla por nuestra parte racional, hiperdesarrollada.
El exceso de información también es característico de la época tecnológica. Podemos constatar un exceso de información confusa y con intereses comerciales sobre dietas, alimentos y sus propiedades nutritivas. Seleccionar fuentes informativas de calidad, críticas y responsables es básico.
La sociedad del consumo: es la manifestación de la excesiva inmediatez consumista. Y funciona como opresor social.
Cuando decidimos hacer algún cambio, es posible que nuestro entorno (familia, amigos, la sociedad misma) muestre su desaprobación, pues nuestra intención representa una amenaza a lo establecido, consensuado y controlado. Es un buen momento para decidir con quien compartir el viaje, y rodearte de personas que puedan reconocer tu sano esfuerzo y tus ganas de cuidarte.
La industria alimentaria: es muy claro, si decides cambiar tus hábitos de alimentación sin salirte de la industria de la alimentación, será harto complicado que se dé el cambio. De hecho lo conflictuará aún más. Sus aditivos son tan adictivos que se fabrican para asegurar el círculo vicioso de su consumo y ganancia económica.
Las soluciones : Un coaching nutricional: el Arte de cuidArte
El Arte de cuidArte viene a cubrir un vacío existente entre las soluciones para conseguir unos hábitos de vida saludable.
Este acompañamiento se basa en la idea de que podemos cambiar o mejorar nuestros hábitos de salud en Alimentación, Movimiento y Pensamiento.
¿Cómo? Apoyando a la persona en su cambio de hábitos y entrenándonos juntas, juntos en la comprensión teórica básica en nutrición y energía de los alimentos, por un lado; y en la práctica en la cocina (del domicilio de la persona), por otro.
¿Para qué? Para que la persona pueda tener una nueva experiencia de alimentación y salud basada en el equilibrio dinámico. El referente conocido, ampliamente extendido y promovido por nuestra sociedad se basa en la búsqueda y consumo de experiencias intensas de extremos. Este referente es simplemente desequilibrador y desnaturalizador.
Conocer otras maneras de vivir la salud cuidando nuestra alimentación junto con otros hábitos de vida saludable, nos abre a la posibilidad de poder elegir y decidir.
¿Para quién? Dirigido a cualquier persona que quiera revisar su relación con la alimentación, con el objetivo de restablecer la vitalidad, el bienestar y la salud física, emocional y mental.
¿Quién acompaña? Mi nombre es Mar Córdoba Murcia, y acompaño procesos de cambio en hábitos de vida saludable en torno a la alimentación, el movimiento y el pensamiento. Mi experiencia me dice que estos hábitos curan tanto como el contacto de un acompañamiento.
Los beneficios : Una alimentación saludable
Una alimentación saludable es aquella que es coherente con el desarrollo natural del ser humano.
Cuando aceptamos, en primer lugar, que somos responsables de nuestra vida y de nuestra propia salud, y como consecuencia practicamos un estilo de vida que cuida el cuerpo en todos sus niveles (físico, emocional, mental), la lista de beneficios es muy larga. Se mejoran o aumentan los siguientes aspectos:
- Energía
- Apetito por la vida
- Estabilidad emocional y mental
- Flexibilidad física, emocional y mental
- Sensibilidad
- Intuición
- Descanso y sueño
- Memoria
- Calma y armonía
- Autoconocimiento
- Autorregulación
- Autocuidado
- Autorresponsabilidad
- Autoestima
- Conciencia espiritual
- Sistema inmunológico
- Recuperación más rápida de las enfermedades
- Prevención de enfermedades
- Adaptación a los cambios
- Libertad
- Felicidad
Muy interessante. Gracias.
Pero que puedo hacer si no tengo el tiempo?
Hola Pat. Gracias por plantear este tema. No me iré por las ramas. No tener tiempo para cuidar nuestros hábitos de salud ya es en sí el tema.
Como escribo en este artículo, no tener tiempo es una consecuencia del ritmo de vida que prevalece en nuestra sociedad, pero a veces también puede existir una dificultad con la gestión del tiempo y la organización de las prioridades.
En cualquier caso, lo de cuidarse no es algo que tenga unas horas al día fijadas de antemano. Uno se cuida a lo largo de toda la jornada. Pequeños detalles, grandes resultados. Si de tu alimentación hablamos, te pregunto: ¿Dispones de 60 minutos al día para cocinar, repartidos en 30′ por la mañana y 30′ por la tarde-noche? Si es así, se puede hacer mucho. Si no es así, y te gustaría cambiarlo, podemos hablarlo.