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La milenaria cosmología oriental (conocida como la Medicina Tradicional China) asocia los órganos de corazón e intestino delgado y el elemento fuego al verano.

Las depuraciones estacionales con el Arte de cuidArte tienen en cuenta estos conocimientos, así como estudios neurocientíficos coetáneos. Para muestra, un botón: esta DEPuración de Verano (del 4 al 10 de julio 2025).

Elegí esta foto para la DEP de verano porque, si bien toda ella me llamó mucho la atención, el elemento agua destacó sobremanera. El agua es símbolo de renovación, purificación y sanación (del cuerpo y del espíritu). Y son las aguas propias (físicas, emocionales y mentales) lo que movemos en una limpieza o depuración.

No es casual que, en mis acompañamientos depurativos grupales, el de este verano también, el léxico acuático y marino esté siempre presente: “iniciamos la travesía, listos que zarpamos, empieza la inmersión, nos sumergimos en nuestras aguas más profundas, vamos a mover las aguas estancadas para que puedan fluir y revitalizarnos, llevamos el viento a favor…”

En los cauces fluviales, en el mar y en los océanos hay piedras y rocas. El agua convive con ellas porque todos forman parte del mismo sistema. En ciencia se habla de red neuronal. Querer no tropezar con una piedra o una roca es tener una pobre comprensión de la vida.

Las DEPuraciones con el Arte de cuidArte nos ayudan a ampliar nuestra comprensión cosmológica, del sistema o de la red neuronal. En este escrito os voy a compartir algunos fragmentos de la edición depurativa de verano (2025) con el tema respiratorio como eje temático para la reflexión y práctica.

Vuelvo a la imagen de la mujer. Pedí a las participantes depuradoras un título para esta imagen:

Mujer caminando sobre y hacia el mar

Entrada al movimiento infinito

Limpia va el agua del rio, como la estrella de la mañana

La confianza anda

Dejando atrás la vorágine

Firmeza, seguridad, suavidad y misterio. Una oportunidad de apertura y conexión

Em faig present al llindar entre el passat i allò que ha d’esdevenir

Se va… hacia el encuentro. Se aleja…del desencuentro.

En mi mirada veo que esta mujer deja algo atrás porque va hacia delante: un nuevo encuentro.

Claro, al llamarme yo Mar y proyectarme en la imagen, que una Mar salga al encuentro del mar me daba todo el sentido del mundo en una semana depurativa, porque estos días son de mucha intimidad con una misma. Pero me pareció absolutamente aplicable a cualquier otra persona y nombre. Así visto, cada una de las participantes, van hacia sus propios mares o aguas y al encuentro de todas sus partes, a veces separadas, a veces no vistas. Y también veo que hay cosas que decidimos soltar ante la evidencia de que no las vamos a necesitar o ya no queremos usar como comodín, tapadolores, excusas, autojustificaciones o lo que sea que hacemos para no cuidarnos.

Depurar es ir soltando lo que no somos para salir al encuentro con uno o una misma, y desde ahí salir al mundo.

No es lo mismo ir hacia una misma y hacia el mundo con una nueva experiencia de limpieza, creando memorias de cuido restaurativo y sanadoras, que hacerlo con una energía de descuido, de acidez en sangre, de dispersión o rigidez. No es lo mismo.

Depuramos para que nuestra salud física, mental y emocional sea una decisión propia más que el resultado del azar a nuestro favor.

Depuramos para sentir, y lo hacemos juntas porque como escribió una depuradora, el primer día: “Hacer esta pausa, respirar, sentir y remover lo que mi cuerpo no necesita me sale mejor cuando me sumo al grupo”.

En esta DEPuración, además de tomar la decisión de querer eliminar aquello que impide que por nuestras venas corra sangre oxigenada, también tomamos la decisión de respirar más amplia, gozosa y conscientemente.

Disponíamos de un progrAMA DEP, una adenda respiratoria, un tema y un libro de referencia al respecto (El puente donde habitan las mariposas. Biosofía de la respiración, de Nazareth Castellanos), por mencionar cosas exógenas a nosotras, quiero decir, que viven o están fuera de nosotras. Pero todo esto era, hasta cierto punto, prescindible si no comprendíamos que hay una cosa que tenemos y que está dentro de cada una y que es la respiración.

Lo de respirar es una cuestión, no de capital importancia, esto sería quedarse cortas, sino de vida o muerte, por un lado, y de cómo queremos estar en vida, cómo queremos sentir la vida. Y esto es una elección que hacemos cada segundo, en cada respiración.

Para abordar este tema he planteado esta pregunta: Qué hacemos para no respirar como necesitamos, para no respirar amplia y gozosamente, qué hacemos para respirar poco, entrecortadamente, o para respirar reduciendo la inhalación y la exhalación. Qué hacemos para tener una respiración corta, pobre, débil, incompleta, alta, clavicular… Y cuándo digo qué hacemos, incluyo qué pensamos, qué hacemos con lo que sentimos, qué y cómo comemos, o qué no comemos, cuánto, por qué y para qué.

Es decir, podíamos pasarnos siete días hablando de respiración, pero si no empezábamos por plantearnos cada una de nosotras lo que nos impide respirar con consciencia, estaríamos dando vueltas en círculo, a mi modo de ver, al asunto de la respiración. Y estaríamos dando vueltas para evitar algo, ¿el qué? Puede ser una manera de quedarnos en la superficie y no ir, más que lejos, dentro o profundo. Dar vueltas, además, para evitar algo que no queremos o no podemos ver, nos lleva a subirnos a la cabeza y hacer hiperventilación, mentalización, rumiación y fermentación crónica o inflamación digestiva.

Esta ha sido mi propuesta y el reto que he planteado para estos siete días de depuración respirada. Y esto es muy poderoso porque supone estar depurando muy activamente.

Muchas veces, como mujeres adultas, queremos (desde la carencia) que nos den, que nos nutran, recibir pasivamente, incluso diría que anhelamos, que fantaseamos con la idea de que respiren por nosotras. Y sabemos que respirar por alguien se produce, o bien porque la persona está enferma con respiración asistida, o bien, cuando fuimos un feto en el seno de la madre. Esto último, esa fase del desarrollo humano pasó, fue. Ahora respiramos por nosotras mismas. Y querer hacerlo sentidamente, conscientemente, ampliamente es una decisión personal.

Cuando decidimos depurar en grupo, estamos decidiendo o actuando un sí a nuestra vida, energía y salud. Un sí a cambiar algo, o por lo menos, a eliminar algo que ya no nos conviene, que no queremos, que soltamos de nuestros pesos y pedruscos, cargados inconsciente o conscientemente. Esto es depurar y sólo se puede hacer respirando.

Toda la teoría a la que a lo largo de estos siete días hemos hecho referencia, gracias a la experiencia, práctica y encuerpamiento de cada participante, nos ha nutrido más y mejor. Gracias Nazareth, Gracias Equipo DEPurativo.

Las razones por las que no pudimos o no podemos respirar amplia, gozosa y conscientemente han recibido estos días una atención y una alimentación equilibrada e hipotóxica que deja en nosotras memorias de cuido y una respiración que nos ancla al presente y nos recuerda que la vida sucede en el ahora.

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Otras entradas sobre depurar o sobre las DEPuraciones con el Arte de cuidArte:

El dolor en una DEPuración. Depurando el dolor
Depuración: más que una limpieza del cuerpo físico
Depuración con equilibrio
El hígado: un puente a la divinidad

Algunxs participantes a las DEPuraciones con el Arte de cuidArte han escrito:

Testimonios 

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